UNA MUJER DE COLOR QUE DESPRECIA A UN COMPAÑERO SUYO POR UN BLANCO
Te vengo a dar un consejo
Por lo mucho que te quiero,
No niegues nunca tu raza
Que el negro es tu compañero.
Si quieres de blanco amor
Tu raza no la desprecies,
Que no hay blanco que te aprecie
Como uno de tu color.
En la honradez y el honor
Busca siempre tu acotejo,
Que si no es en el pellejo,
Donde está el buen sentimiento,
Con este grande argumento
Te vengo a dar un consejo.
En el mundo esta verdad,
A negarme hay quien se atreva,
Que sólo de Adán y Eva
Desciende la humanidad.
Y si Dios con igualdad
Formó al hombre primero,
De ese tronco verdadero
Vino el negro y vino el blanco,
Y así te lo digo franco
Por lo mucho que te quiero.
Si de hombre y de mujer
Depende el género humano,
El blanco del africano
Su hermano tiene que ser.
Y si Dios con su poder
A todo color abraza,
Y a ninguno lo rechaza
En el reino de su cielo.
Por andar buscando pelo
No niegues nunca a tu raza.
Ante Dios no hay distinción
De sangre ni de color,
Porque a todos con amor
Los recibe en su mansión.
Y si tú por pretensión
Al negro le pones pero,
Tú debes de ver primero,
Y con juicio calcular,
Que aunque lo quieras negar
El negro es tu compañero.
Aguanta y no pujes, te dice
Juan A. Alix
.
Santiago, Enero de 1906.
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