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“MIS CREENCIAS” Juan Antonio Alix

“MIS CREENCIAS”

Al Señor Don Vicente Flores, Director del
“Propagador”. Puerto Plata

Para que veas mi creencia,
Mi muy amigo Vicente,
Te dirijo la presente
Haciéndote esta advertencia:
“Tú sabes que inteligencia
No tengo como deseo,
Y aunque escribo medio feo
Te envío estas decimitas
Que asI concluyen toditas:
“En eso sí que no creo”.

Empiezo, amigo Vicente,
Por decir que soy cristiano,
Apostólico romano
Y creo en Dios firmemente.
Creo en el Omnipotente
Porque yo no soy ateo,
Y creo aunque no lo veo
Porque El es ciencia infusa;
¡Pero en huevos de lechuza!
“En eso sí que no creo”.

Creo en Dios porque es Creador
De todo lo que es visible,
Y de lo que es invisible
También creo que es el Autor.
Y creo que ese gran Señor
Es de perfección recreo,
Y creo tanto, que hasta veo
Que en el Cielo está de veras,
jPero en tantas tintoreras!
“En eso sí que no creo”.

Creo en el Dios de Israel,
Porque El solo es infalible
Y no puede ser posible
Que haya otro justo como El.
De Dios soy amante fiel,
Y de verle es mideseo,
Y aunque otro esté en apogeo,
Y sea un sabio profundo,
Con tal que sea de este mundo
“En eso sí que no creo”.

Y creo en la autoridad
De San Pedro el Sucesor,
Porque ese digno Señor
Gobierna Ia cristiandad;
En su infalibilidad
De creer tendría el deseo,
Y creo porque lo veo
Que cada día más se anula,
Pero creer en Ia Bula
“En eso sí que no creo”.

Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Estoy en Ia convicción,
Que los tres albures son,
Aunque al Diablo cause espanto.
Y creo que hasta oigo el canto
De Gloria in excelsis Deo.
Que cantan como recreo
Angeles y serafines;
¡Pero en tantos tragantines!
“En eso sí que no creo”.

Y creo que el Angel Gabriel
A María le anuncio,
Que pariría y parió
Al Niño Dios de Israel.
Y creo en su esposo fiel
De María Madre de Deo,
Que hoy por lo que veo
Que todo es comercio y teje,
Aunque me digan hereje
“En eso sí que no creo”.

Y creo que de Nazaret
Vino Maria a Belén,
Y con su esposo también,
El Patriarca San José.
Y que en un pesebre fué
Que sin amparo y aseo,
Nació el Niño Galileo
El verdadero Mesías;
¡Pero en tantas pillerías!
“En eso sí que no creo”.

Y que la Virgen parió
De creerlo no me harto,
Y lo creo que antes del parto
Y después virgen quedó.
Todo esto lo creo yo
Pero en palito mameo,
Y tener un buen cacheo (1)
¡Para hartarse bien de oro!
Digo como dijo un loro:
“En eso sí que no creo”.

Y creo que el Bautista Juan
Propagaba el cristianismo,
Sin cobrar por un bautismo
Dos pesos en el Jordán. (2).
Y según noticia dan,
Los libros de un sabio hebreo,
Entonces no había mameo
Ni se conocía la draga;
Y si hoy todo se paga,
“En eso sí que no creo”.

Y creo que por Herodía
Del Bautista fué cortada,
Su cabeza y presentada
A la hija de esa impía.
Y como Antipas cumplía
De Salomé el deseo,
Hizo traer de aquel reo
En un plato su cabeza;
¡Pero en lujo y en grandeza!
“En eso sí que no creo”.
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(1) El cacheo es como la palma real
y el corazón, mientras más lo chu-
pan más jugo da; y es inagotable.

(2)  Como cobran en la República Do-
minicana.

Que los Apóstoles fueron
Modelo de mansedumbre,
Estoy en la certidumbre
Porque miles pruebas dieron.
Que predicando anduvieron
En desierto y pueblo hebreo,
Solamente algún ateo
Negará lo que relato,
Pero, ¡escogiendo curato!
“En eso sí que no creo”.

Y creo que no debe ser
Que de hambre deban morir;
Pero cobren por vivir
Y no para enriquecer.
La pobreza es el placer
Del que les legó ese empleo,
Pero riqueza y apogeo
Orgullo y mucha ambición
Como eso no es religión
“En eso sí que no creo”.

Los Apóstoles andaban
Según dice San Cornelio,
Predicando el Evangelio
Y en cavernas habitaban.
Con frutas se sustentaban
Y no buscaban cacheo,
Pues lo dice San Mateo
Que el mameo era veneno,
Pero como hoy es bueno,
“En eso sí que no creo”.

Yo creo en la religión
Del que fué crucificado,
Y creo a puño cerrado
Del Verbo en la Encarnación.
Creo en la muerte y pasión
De Jesús el Galileo,
Y creo que en el pueblo hebreo
Convertía a sus habitantes,
¡Pero en varios traficantes!
“En eso sí que no creo”.

Creo que Jesús ayunó
Cuarenta días en desierto,
Y pan y agua fué cierto
Que solamente comió.
Y que el diablo lo tentó
Y le armó tamaño enreo,
Lo afirmo, y no titubeo,
¡Pero en tener buena mesa,
Beber buen vino y cerveza!,
“En eso sí que no creo”.

Y creo hasta reventar
Que Jesús nunca mató,
Ni a nadie encarceló
Ni ambicionó gobernar.
Ni después de consagrar
No sentenció ningún reo,
Y creo que el buen Galileo
Era piadoso y clemente,
¡Pero en Curas matagente!
“En eso sí que no creo”.

Y que en Bethania, creo yo,
Que de cuatro días de muerto,
A Lázaro fué muy cierto
Que Jesús resucitó.
Y que a ciegos vista dió
Esto dice San Mateo,
Y lo creo porque lo veo
En la Sagrada Escritura
¡Pero en político cura!
“En eso sí que no creo”.

De Judas creo que entregó
A su maestro divino,
Y de manos de un rabino
Treinta dineros cobró.
Y creo que se arrepintió
De su crimen grande y feo,
Y creo que a juez fariseo
Le volvió a entregar su plata
Pero en gato atrás de gata,
“En eso sí que no creo”.

Y creo que Pedro negó
A Jesús, ¡cosa bien rara!
Antes que el gallo cantara
Tres veces como cantó.
Y que el buen Pedro cortó
La oreja a un fariseo
Lo creo y no titubeo;
Pero que algunos benditos,
¡No tienen sus amoritos!
“En eso sí que no creo”.

Y que Jesús fué llevado
De Herodes en casa de Anás
Donde Pilatos y Caifás
Para ser allí juzgado
Y creo que fué sentenciado
Por tribunal fariseo,
Yque Simón Cirineo
Le ayudó a llevar la cruz,
¡Pero en ningún avestruz!
“En eso sí que no creo”.

También creo fué arrastrado
Por la calle de Amargura,
Y su sangre fina y pura
Por todos ha derramado.
Y creo que estando enclavado
De beber tuvo deseo,
Y un demonio de un hebreo
Hiel y vinagre le dió,
¡Pero en teje y abusos nó! (1)
“En eso sí que no creo”.

Y creo que cuando expiró
Las piedras se dividieron
Y los sepulcros se abrieron
Y que el Sol se oscureció.
Del Centurión lo creo yo
Que dijo y dió un bambaleo:
“Este es el hijo de Deo
¡Misericordia, Señor!”
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(1)  Teje: marrulla, enredo
.
¡Pero en especulador!
“En eso sí que no creo”.

Que un José de Arimatea
Muerto Jesús lo pidió.
Yen sábana lo envolvió
Según la costumbre hebrea.
Y que en fosa de Judea
Y todo con mucho aseo,
El cuerpo del Galileo
Allí fué depositado;
Pero en cura interesado,
“En eso sí que no creo”.

Y creo que resucitó
Después de tres días de muerto,
Y con ángeles fué cierto
Que a los cielos ascendió.
Más tarde se presentó
No sé en qué punto hebreo,
A su madre el Galileo
Y a otras tantas mujeres,
¡Pero curas con placeres!
“En eso sí que no creo”.

Yo creo en los religiosos
Que al prójimo hacen bien,
Y que son por siempre amén,
De sus Iglesias celosos.
Creo en esos virtuosos
Que cumplen bien con su empleo,
Como yo conozco y veo
Que en este país hay varios,
Pero en revolucionarios
“En eso sí que no creo”.

En María Virgen creo yo
Madre de los pecadores,
Por las penas y Dolores
Que por su hijo sufrió.
Y como ella no pecó
Creo en ella sin rodeo,
Y creo como si lo veo
Que es Reina de profetas,
Pero en beatas alcagúetas,
“En eso sí que no creo”.

Creo en esa Virgen pura
Consuelo de desvalidos,
Por sus tormentos sufridos,
En la calle de Amargura.
Pero en beata que a cura
Le anda buscando enreo,
Aunque me den un saleo
Y me coronen de rosas,
Lo que es en esas chismosas,
“En eso sí que no creo”.

Creo en esa gran Señora
Porque es la Reina del Cielo,
Y por ser nuestro consuelo
De nuestra muerte en la hora.
Pero en beata que llora
Como las he visto y veo,
Untándose con el deo
¡La salivita en los ojos! (1)
Como lloran por antojos
“En eso sí que no creo”.

Creo en esa Virgen bella
Porque es Madre de Dios,
Y porque ruega por nos
Y de mal nos libra ella.
Pero en beata con botella
Y ese tanto saboreo,
No diré porque no veo
Lo que hay en la botellita,
Pero que es agua bendita
“En eso sí que no creo”.

Creo en María Magdalena
Que sus riquezas dejó,
Por seguir como siguió
A Cristo en su grande pena.
Pero no creo en novena
De viejita tirapeo,
Que la reza por enreo
Y cabrería de Fulana;
No, no me da gana,
“En eso sí que no creo”.
Creo en María Salomé
En Cleofa y otras mujeres,
Que riquezas y placeres
Despreciaron por la fe.
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(1)  Para hacer ver que son lágrimas
.
Pero que en el templo esté
La beata con su agarreo,
Y echando como las veo
De tabaco salivotas,
No, aunque sean devotas,
“En eso sí que no creo”.

Creo en varias hermanas
De la Santa Caridad,
Porque esas son de verdad
Las verdaderas cristianas.
Estas no andan galanas
Con tontillo y solideo,
Y en su andar no hay tongoneo
Pues son verdaderas beatas,
Pero en otras mentecatas,
“En eso sí que no creo”.

No creo en tantas y tantos
Que de cuenta de hermandad,
Cobran de cuenta y mitad
La limosna de los santos.
¡Cuántos yo conozco! ¡ cuántos!
Que no tienen otro empleo
Que recoger, como veo,
En campos y en poblaciones,
Y como son mamalones
“En eso sí que no creo”.

En fin, amigo Vicente,
No quiero cansarte más,
Pues con esto ya sabrás
En lo que creo firmemente.
Y aunque yo de alguna gente
Sus abusos hallo feo,
No por eso soy ateo
Ni tengo nada de hereje;
Pero que “la rana e peje” (1)
“En eso sí que no creo”

Siento, Vicente querido,
Molestar hoy tu atención
Y tu grande ocupación
Que por mí hayas perdido.
Y si acaso te he aturdido
Con mi tanto cacareo,
Solamente te deseo
Que vuelvas muy pronto en ti,
Que no diré más así:
“En eso sí que no creo”.
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(l) Refrán de nuestra gente.

Juan Antonio Alix

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