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AL PUBLICO SANTIAGUES Juan Antonio Alix

AL PUBLICO SANTIAGUES

Y a la empresa del Acueducto y Alum-
brado Eléctrico de esta Ciudad.

Como estoy bien enterado
Por un seguro conducto,
Que es un hecho el acueducto
Y un eléctrico alumbrado,
Que tendrá no dilatado
Esta culta población,
Con toda satisfacción
Comunico estas noticias,
Y les pido las albricias
A todos, sin distinción.

Todo está por el presente
Convenido y contratado;
Acueducto y alumbrado
Del modo más conveniente.
De la empresa el proponente
Señor don Ramón Imbert,
Acaba pues de obtener
Del Ilustre Ayuntamiento,
Todo el buen consentimiento
Para esa obra emprender.

Un entusiasmo inaudito
Reina en toda esta ciudad,
Por ahora sí es verdad
Que tendremos segurito
Un acueducto exquisito
Y un espléndido alumbrado;
Porque todo está arreglado
Con esos blancos ingleses
Que ofrecen en pocos meses
Dejarlo todo acabado.

Las plumas de agua tomadas
Alcanzan a setecientas,
Y pasan ya de quinientas
Las lámparas contratadas,
Y miles más colocadas
Ya serán por consiguiente:
Pues tan pronto vea la gente
De bien esa grande suma,
Todos ya querrán su pluma
Y su lámpara igualmente.

Cuando sepan lo que es
Tener agua así abundante,
Y una luz la más brillante
Por una friolera al mes
No quedará Santiagués
Que deje de colocar
En su bendecido hogar
De agua una plumita,
Y también su lamparita
Que poco le ha de costar.

Y la empresa o compañía
Dice que podría llevar,
El agua a cualquier lugar
Del pueblo en la cercanía,
Donde sufren de sequía
Por no haber ni un arroyito,
Como en Hoya del Caimito,
Rincón Largo y La Totuma,
Pues de agua allí una pluma
Sería un tesoro inaudito.

Si quieren ver claramente
Si el negocio es importante,
Calcule cada habitante
Lo que gasta diariamente
En agua, tan solamente
Por tenerla a gran distancia,
Y no con mucha abundancia;
Pero con estos raudales
De plumas y de canales
Cada cual riega su estancia.

Y también podrán lavar
La ropa allí, desde luego,
Y en caso fatal de fuego
Sus casas podrían salvar.
Y también para regar
El que tenga su jardín,
Y miles cosas, en fin,
De muchísimo producto,
Siempre ofrece un acueducto
Del mundo en cualquier confín.

Así es que es necesario
Que Santiago y sus vecinos
Los cercanos campesinos
Con esfuerzo extraordinario
Hagan que en el vecindario
No desechen el consuelo,
Y trabajen con anhelo
Por brindarle protección;
Porque es una bendición
Que baja del mismo cielo.

Toda gente admiradora
Del adelanto y progreso
Que se empeñe con exceso
En obra tan bienhechora,
Y que sea alentadora
De todos la protección
Para que esta población
En el número se cuente
De pueblo culto y decente,
Y de mucha distinción.

También hay que agradecer
Este gran departamento,
A su Ilustre Ayuntamiento
Que ha sabido defender
Con honra y buen proceder
Del pueblo los intereses,
Tratando con los ingleses,
O sea con su apoderado,
Asunto muy delicado
Y en bien de los Santiagueses.

Y el señor Ramón Imbert,
Nunca pues será bien pago,
Por tanto bien a Santiago
Que se ha propuesto hacer.
Y lo mismo agradecer
A todo el que se ha empeñado
En darle a este poblado
Del modo más ventajoso,
Un acueducto famoso
Y un eléctrico alumbrado.

Y Dios se lo pague a JUAN A. ALIX
por la buena noticia.

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